GALLARDÓN Y ADIÓS PP
Artículo de Federico Jiménez Losantos en “El Mundo” del
19.04.07
Por su interés y relevancia he seleccionado el artículo que
sigue para incluirlo en este sitio web.
Con un muy breve comentario a pie de título:
¿CENTRO CAMALEONICO O CENTRO REGENERATIVO?
Luis Bouza-Brey, 19-4-07, 8:00
En estos momentos ando muy escaso de tiempo para hacer un
comentario a fondo de esta cuestión. Pero aunque Jiménez Losantos
dice las cosas a veces con exceso de agresividad, estoy de acuerdo con él. En
mi artículo de estos días "Aproximación al centro",
definía dos tipos de éste, el funcional y el camaleónico. Y creo que si el PP
quiere cumplir sus objetivos y ayudar al país debe complementar su estrategia
de denuncia, no poniéndose el traje de centrista bueno para la izquierda, sino
el de liberalismo firme y creativo, que plantee alternativas de reconstrucción
a la destrucción del Estado por la izquierda oficial; así como de regeneración
democrática al oportunismo del Gobierno en sus pactos con aliados extremistas;
y de de atención a los ciudadanos, formulando políticas en positivo para
resolver sus problemas. Alternativas, en general, de recuperación del rumbo de
España, perdido por la inepcia, el oportunismo y la falta de principios del
Gobierno.
En el PP se están produciendo síntomas preocupantes de
descomposición para el futuro inmediato. Como no conserve todo lo que ya tiene
en las elecciones municipales y autonómicas -cosa siempre difícil por la
mayoría absoluta que necesita para gobernar-, y como pierda algo y no gane nada
-que tampoco es imposible- el tiempo que pase hasta las generales, entre seis y
ocho meses, será un calvario para Rajoy.
Y el peor indicio de que eso empieza a temerlo el propio
presidente del PP es que ya parece haber buscado un cirineo, que sería
Gallardón. En tiempos de la Relogse, no extraña que
para hacer de cirineo en esta pasión viviente se haya fichado a 'Judas
Iscariote'. Lo increíble es que un registrador de la propiedad acabe
confundiendo las Escrituras. O tempora! O mores!
Muchos no se creen que Rajoy pueda presentarse a las generales
con delfín incorporado, es decir, con un Judas haciendo de cirineo cuando hace
cuatro años era un 'Lázaro' sin milagro. Pero viendo anteayer al cara de plata, al ambicioso segundón, reventando de
orgullo y piafante como un 'Negrín',
temo que la suerte esté echada. La suerte y la muerte, porque el PP no
sobrevivirá al liderazgo abierto o encubierto de Gallardón.
Ni solo, ni en compañía de otros. Gallardón significa la
inmediata escisión del PP, de modo que Rajoy le facilitaría el secuestro del
primer partido español sin pasar por un congreso extraordinario y, en un solo y
mismo gesto, dinamitaría lo único que se opone al cambio de régimen. ¿O alguien
tiene la menor duda de que Gallardón asumiría al frente del PP la liquidación
nacional y constitucional patrocinada por su señor Polanco? Si Rajoy lo lleva
consigo es para capitular ante los poderes fácticos de la progresía, que, a
cambio, le dejarían llegar a La Moncloa... o no. Para entonces, el PP habría
volado en pedazos. Dos e incluso tres. La fantasía de Zapatero se haría
realidad.
Si Gallardón deja la Alcaldía madrileña (que cualquier candidato
del PP hubiera ganado) para ir en la lista de las generales, Rajoy será mero
comparsa de su comparsa. Si pierde, será a pesar del esfuerzo de Gallardón; si
gana, gracias a él. En ambos casos, el amigo de 'Fefé'
sería el hombre fuerte del PP, liquidaría a los católicos y liberales que lo
dirigen desde tiempos de Aznar y entregaría Génova a una harka
de arriolos y sorayos. La
operación es letal para la derecha, porque al día siguiente del advenimiento gallardonista habría revuelta de notables, rebelión de las
bases y, muy probablemente, un partido serio a la derecha del PP.
No digo a la derecha de Gallardón, ambidextro, ambisiniestro, y que estará donde diga la izquierda, sino
del PP. Porque Rajoy no debe engañarse: media nación no se resigna a gallardonizarse. O sea, a morir.