DISIDENTES: UN GESTO DE HONOR
Editorial de “El Manifiesto” del 04.09.07
Por su interés y relevancia he seleccionado el editorial que
sigue para incluirlo en este sitio web.
Con un breve comentario al final:
EL HONOR Y LA IGNOMINIA
Luis Bouza-Brey, 10-9-07, 7:30
Ha escocido en medios socialistas la clamorosa disidencia de la
vasca Rosa Díez, no por anunciada menos sensacional. El socialismo oficial se
ha apresurado a estigmatizar a la disidente con todas las imputaciones que
suelen cargarse en la espalda de los desertores. No obstante, hay razones para
preguntarse quién ha abandonado realmente a quién: si Rosa Díez al Partido
Socialista, o si éste a sus propios militantes.
En efecto, la militancia socialista ha visto cómo, en apenas seis años, un
partido nacional, español, constitucionalista y antiterrorista se convertía en
adalid del pacto con todas las fuerzas secesionistas, de una revisión
constitucional de tapadillo y de la negociación con los terroristas de ETA. Lo
que el PSOE representa hoy, aquí, tiene bastante poco que ver con el lugar que
ha venido ocupando hasta ahora en la política española. En ese sentido, la
disidencia de los socialistas vascos es más coherente que la ortodoxia del zapaterismo.
El gesto de Rosa Díez, por otro lado, tiene que ser puesto en relación con la
disidencia abierta en Cataluña por Ciutadans, que es
igualmente un fenómeno que afecta sobre todo a la izquierda. Porque Ciutadans es también una reacción de la izquierda nacional
(o, si se prefiere, constitucional) en un ámbito donde el socialismo ha optado
por abrazar la causa y los intereses del nacionalismo secesionista. Por encima
y por debajo del furioso ruido de la cúpula del PSOE, es evidente que la
izquierda española tiene un problema. Y que ese problema lo ha creado la
política de Zapatero, hecha a partes iguales de sectarismo y de oportunismo.
Tales veleidades, al final, pasan factura.
En términos generales, la disidencia de Rosa Díez, como antes la de Ciutadans, no parece que vaya a cambiar gran cosa en las
líneas mayores de la política española: el tejido de la partitocracia
es demasiado fuerte como para que se desgarre por posiciones testimoniales.
Pero al margen de su utilidad a corto plazo, y al margen también de la mayor o
menor sintonía ideológica que esas disidencias inspiren, tales gestos merecen
elogio: son signo de independencia de espíritu y de compromiso con las propias
convicciones. Abandonar el opulento paraguas de los partidos, sus dineros y sus
estructuras, y salir a la intemperie de la defensa de los principios, eso es
algo que inspira un profundo respeto. Porque es una cuestión de honor.
Breve comentario final:
EL HONOR Y LA IGNOMINIA
Luis Bouza-Brey, 10-9-07, 7:30
Rosa Díez le pone los puntos sobre
las íes hoy a estos zombis botarates que están deshonrando el país y
pervirtiendo la democracia. Porque de eso se trata, de la ignominia de vender
los principios al mejor postor para llegar al poder y mantenerse en él. Porque
de eso se trata, de lo que dice Zarzalejos, de volantazos
permanentes para aferrarse a la silla "como sea". Porque de eso se
trata, de mentir, de manipular, de creer que la etiqueta de
"socialista" e "izquierda" es una patente de corso para la
veleidad, la frivolidad y la felonía. Para la maniobra electorera constante.
Para la degradación de la democracia y de la dignidad de los españoles, a los
que se manipula como si fueran imbéciles con un potente aparato
propagandístico, a fin de intentar conseguir que lo sean.
Y eso es lo grave: una
nueva victoria de estos zombies significará la
perversión definitiva de la democracia y un baldón imborrable para nuestro
país. Por eso tiene mucho sentido la pregunta final de Basallo acerca de dónde se sitúa en
2007 la izquierda sociológica española, ¿apoya la regeneración o la corrupción
del país? ¿La integridad y claridad moral de Rosa Díez o la impostura y
falsedad de Zapatero?
Percíbanlo con claridad:
estamos ante una opción de hondo calado moral e histórico. ¿Tiene España
todavía entidad democrática, o ha llegado a ser una muchedumbre amorfa y
enferma, manipulable por demagogos y terroristas?
2008 será una de nuestras
grandes fechas históricas, para mal o para bien.