THE U.N.´S BETTER IDEA ON IRAQ

 

 Editorial de  “The New York Times” del   10.10.2003

 

Con un breve comentario al final:

 

 ENCAJE DE BOLILLOS EN IRAK

 

L. B.-B. (10-10-03, 14:00)

The Bush administration is having a frustrating time at the United Nations again. After all these months, the world's senior diplomats are still not willing to perform from Washington's script. When Secretary of State Colin Powell circulates a Security Council resolution, he wants other countries to endorse its main provisions, and to understand that the White House allows him to negotiate only over secondary details, not matters of substance. In the administration's oddly inverted logic, when this does not happen, as is now the case, it is the U.N. that is failing the test of multilateralism by not rallying around America's nonnegotiable positions. As a senior administration official put it to The Times this week, "They can be multilateral and be part of it, or they can tell us to do it ourselves."

The crux of Washington's latest battle with the U.N. is over when and how Iraq's sovereignty will be formally restored. Secretary General Kofi Annan would like a timetable established for transferring it, at least symbolically, to an appointed transitional government. The United States says that is premature, and it prefers to leave American occupation officials in charge throughout the long transition to an elected constitutional government, a process likely to take about two years.

Mr. Annan's approach is the wiser one. Exclusive American control means that most of the military and financial burdens of the occupation will continue to be borne by the United States. Prolonging unilateral American rule serves no obvious security purpose and guarantees that the United States will remain the primary target of postwar Iraqi resentments.

The administration's wrong-headed insistence on maintaining exclusive control over Iraq has already proved costly. Attacks against American troops, international aid workers and Iraqi police recruits continue at an alarming rate. Separate incidents in and near Baghdad yesterday killed at least 10 people and injured more than 40. The only additional country now offering peacekeeping troops is Turkey, and that offer is vocally opposed by the Iraqi Governing Council, appointed by Americans. An international donors conference later this month could be disappointing because many European nations, along with the World Bank and the International Monetary Fund, have been reluctant to pledge substantial reconstruction funds before Iraq's sovereignty has been formally restored. And Congress continues to resist the idea of American taxpayers' paying most of Iraq's rebuilding costs.

Washington should be listening more attentively to proposals that promise to open the door to substantial international help. President Bush has repeatedly said that American forces came to Iraq as liberators, not occupiers. He should follow through on the logic of those words and begin arrangements for transferring power to an interim Iraqi government.

Mr. Annan's ideas for doing so would broadly follow the model that brought Hamid Karzai to power in postwar Afghanistan. A transitional government could be built up from the current Governing Council. Doing so would encourage many more countries to offer troops and reconstruction aid, but would still leave Washington in full command of the military in Iraq and the main political power. Details would have to be negotiated with other Security Council members. That would require a more robust concept of multilateral cooperation than the administration has yet displayed.

 

breve comentario al final:

 

 ENCAJE DE BOLILLOS EN IRAK

 

L. B.-B. (10-10-03, 14:00)

 

Después de escuchar y leer las opiniones emitidas estos días sobre la situación en Irak me siento profundamente inquieto. Me siento nervioso e irresuelto, pues me faltan datos concluyentes para dibujar la situación y afirmar inequívocamente la necesidad de un curso de acción. De todos modos, intentaré analizar los elementos que conozco, a fin de poder extraer alguna conclusión.

 

Una primera duda que se me plantea es cómo definir las fuerzas de desestabilización presentes en Irak. Está claro que Al Quaeda está allí, y que su forma de acción principal es el coche bomba contra objetivos como Naciones Unidas, la embajada de Jordania o el clérigo Chií Al Hakim. A estos no se les puede parar con argumentos de legitimidades internacionales o Derecho Internacional. Ni los ataques de Al Quaeda se van a reducir, ni tampoco la actuación de la ONU en Irak  se va a ver salvaguardada por resoluciones del Consejo de Seguridad de ningún tipo, frente a fanáticos de este calibre. El terrorismo de Al Quaeda continuará en cualquier caso.

Lo que sí me suscita dudas es el carácter del resto de fuerzas de desestabilización: no veo claro si son puro Baasismo que lucha contra el cambio de régimen bajo el mando de Hussein y/o algunos de sus secuaces, o si existe algo más, como parecen apuntar recientes datos publicados en los medios de opinión (vean "Attackers united by piety in plot to strike troops

", o Entrevista a los portavoces de Ansar al Sunna ). Es decir, la duda que se me plantea es la de si existe solamente Baasismo camuflado o si la guerrilla sunní tiene motivaciones distintas a las de la resistencia al cambio de régimen. ¿Estamos ante un "¡vivan las caenas!" parecido al de la Guerra de Independencia española contra Napoleón, o ante puro camuflaje baasista para alcanzar más legitimidad en sus ataques a las fuerzas de ocupación?

Tampoco resulta claro de dónde surgen los atentados contra las infraestructuras: ¿de los baasistas o de estos fundamentalistas sunníes, en caso de que sean dos cosas distintas?

Sean cuales sean las características de la resistencia armada al cambio en Irak, no parece que la cesión del poder al Consejo Nacional Iraquí o a cualquier gobierno surgido del  mismo vayan a producir una disminución de las guerrillas. Aún dando por válido el argumento de alguna de las entrevistas reseñadas más arriba de que lo que intentan estos grupos es expulsar a los invasores infieles, ¿qué Gobierno iraquí se podría formar en estas circunstancias, sin censos, ni Constitución, ni elecciones? Unicamente un gobierno Baazista que emergiera de los restos militares y políticos del régimen anterior. Todo lo que no fuera esto sería considerado una imposición extranjera, un gobierno títere impuesto por estadounidenses y británicos.

Frente a estas dificultades, cabría pensar en algo como lo que defiende Annan, de una aceleración de la transición para traspasar el poder en el plazo de unos seis meses, no sé si con o sin Constitución previa, o con la previa a Hussein revigorizada. Pero no resulta claro ni que esa solución aplacara a las guerrillas  ---a Al Quaeda no, y a los baazistas tampoco---, ni que fuera a producir un equilibrio estable de las fuerzas en tensión ---kurdos, chiitas, sunníes y demócratas--- en Irak. El resultado más probable de una aceleración de la transición, sin dar tiempo a que madurara la necesidad de equilibrios y moderación entre los diversos grupos, o a que se diseñaran fórmulas constitucionales que fomentaran y garantizaran estos equilibrios sería un incremento de la inestabilidad, aprovechada por Al Quaeda y Hussein para desestabilizar más todavía.

Si a esta improvisación le añadiéramos que el control de la situación ---según demandas de algunos linces diplomáticos--- estaría en manos de un Consejo de Seguridad incoherente, lento e inoperante, el caos y el fracaso de la reconstrucción de Irak sería algo inevitable.

 

Si yo fuera Bremer o viviera en Irak tendría una opinión más fundamentada en la experiencia inmediata acerca de la situación de moderación o tensión entre los principales actores políticos  iraquíes, y por eso quizá me esté equivocando al ver tanto riesgo, y sí que sería posible acelerar más la transición. Pero lo dudo. Mi opinión es que acelerar aumenta el riesgo de chapuza e incrementa las tensiones, sin que implique una atenuación del terrorismo fundamentalista ---sunní o de Al Quaeda---  o Baazista.

Por eso desanima ver las posiciones permanentemente erróneas que se producen a nivel internacional, en algunas de las potencias y en Naciones Unidas, porque da la impresión de que actúan en base a percepciones ilusorias de la realidad, o sin sentido de las amenazas y las prioridades, o al servicio de intereses bastardos y cínicos que instrumentalizan todo.

En fin, ante una situación que exigiría tenacidad, acumulación de energías y claridad perceptiva, las NNUU y las potencias internacionales están fracasando estrepitosamente. Y ese fracaso lo vamos a pagar todos muy rápidamente, si falla la resolución o la capacidad de los países de la coalición. Nos estamos jugando todos cosas muy importantes y no somos capaces de estar a la altura de nuestras responsabilidades.

 

Ya ven, esta es mi opinión. Puede que esté equivocado y deba rectificar cuando se me demuestre. Pero de momento, con la información de que dispongo, así veo las cosas. Y no veo otra solución que seguir caminando con persistencia y energía, aunque sea en solitario, para ayudar al pueblo iraquí y a todo el mundo árabe a salir del hoyo. Los Estados Unidos, Gran Bretaña y el resto de los países de la coalición deberían perseverar y emplearse a fondo en esta empresa que es de gran trascendencia histórica. Que la suerte y la fuerza les acompañen.