COSTURONES DE ESPAÑA

Artículo de Edurne Uriarte en “ABC” del 07.04.08

Por su interés y relevancia he seleccionado el artículo que sigue para incluirlo en este sitio web.

Con un breve comentario al final

POR LA INCONSISTENCIA HACIA EL CAOS

Luis Bouza-Brey, (7-4-08, 18:30 hs.)

 

Las batallas de estos días traen el aroma de que los costurones de la sonriente España plural de Zapatero comenzarán a desgarrarse en lugares muchos más ordinarios y menos épicos que el referéndum de Ibarretxe o el de los catalanes. Descarnadas peleas porque necesito agua o porque quiero cobrar lo mismo más que duelos gloriosos porque yo soy español y yo vasco. Que es lo que ha ocurrido con la huelga de funcionarios de Justicia y está pasando y está por pasar con la sequía en Cataluña.

Eso sí que es una España que se rompe mucho más nítida para los ciudadanos que las consultas por el derecho de autodeterminación que ni entienden ni se quieren creer. Con el esperpento del agua y con la desigualdad salarial de los funcionarios, la falta de Estado y de nación toca el bienestar cotidiano, el bolsillo. El ciudadano pone una imagen de grifo cerrado y otra de discriminación salarial a la renuncia a hacer política para toda la nación.

Si la huelga de funcionarios se ha prolongado tanto se debe a la torpeza de Bermejo pero más aún a la percepción de profunda injusticia compartida por los huelguistas. A la fe en una causa de igualdad más que de dinero. Y con la comprensión de la mayoría de los españoles que lo que no entiende es la desigualdad autonómica de salarios entre ciudadanos que realizan el mismo trabajo.

Si en Barcelona se secan mientras el Ebro se vacía en el mar, las miradas se vuelven a la derogación socialista del Plan Hidrológico Nacional. Y se burlan de ese Montilla que ahora pide soluciones a Zapatero cuando él mismo asumió la oposición al trasvase y cuando la España plural que le deja secarse Barcelona es la que él ha liderado junto a Zapatero. Esa España plural que consiste en que la mayoría de cada Comunidad hace e impone lo que le parece. Y el Estado se calla y la nación desaparece. Hasta que falta el agua o estallan los funcionarios y algunos comienzan a echarlos de menos.

Al Estado para que garantice la igualdad y el agua. Y a la nación para que esto sea un Estado de las autonomías y no un Estado de las minorías, acertada expresión de Manuel Jiménez de Parga.

Breve comentario final

POR LA INCONSISTENCIA HACIA EL CAOS

Luis Bouza-Brey, (7-4-08, 18:30 hs.)

Ellos se lo han buscado. Esos casi catorce millones de semiciudadanos que han propulsado con sus votos el rumbo hacia el caos, nos van a hacer sufrir a todos una legislatura de caos creciente, derivado de la ignorancia y la inconsistencia propia de la cultura política de la mayoría de la población. Estos semiciudadanos se creen que el país puede ir bien si se vota a ciegas, o por tradición, o por fidelidad tribal o cerril. Pero irán comprobando que así no se puede seguir, y que las cosas irán a peor aceleradamente.

Arteta, días atrás, sostenía con todo fundamento la opinión de que la democracia es un sistema de gobierno exigente, que exige conciencia política para rechazar los disparates, y hoy Gorriarán y Edurne Uriarte comienzan a poner de relieve la emergencia del caos, con la huelga de la Justicia y los problemas del agua. El caso es que la democracia se disuelve en caos cuando se instaura el privilegio territorial, cuando la demagogia y el particularismo medieval o tribal se adueñan de los recursos comunes, y cuando la Constitución y las normas básicas se violan descaradamente con demagogia y chapuzas constantes. Sólo falta la puntilla del TC para rematar la faena.

Pero a los catorce millones de semiciudadanos es posible que se vayan a sumar los dirigentes del PP, que dejarán de luchar por la coherencia democrática y se sumarán a la anomía zapatética, para hacerse perdonar por las tribus y los sectarios ignorantes y oportunistas haberse entregado contracorriente a la defensa del Estado y la Nación. Porque los movimientos postelectorales iniciales de los dirigentes del PP parecen haber cambiado las prioridades hacia asuntos económicos y haber abandonado simultáneamente la defensa de la democracia frente a tribus, taifas y cerriles.

Pero no se dan cuenta de que la crisis del modelo de Estado va a comenzar a hacerse operativa inmediatamente, y que a ello se puede sumar un acelerón derivado de una sentencia débil del TC sobre el Estatuto de Cataluña, que pondrá en crisis también la defensa de la Constitución. Por ello, pensar que un giro estratégico de la cúpula del PP les va a permitir respirar y aumentar sus expectativas electorales, constituye un error y una pérdida de tiempo. Van a ceder, cuando si resistieran tendrían garantizado el éxito en el medio plazo: ni la base de ZP es consistente, ni la legislatura será una balsa de aceite, sino una olla sometida a una presión creciente a ritmo exponencial. No es el centrismo melifluo la opción a seguir, sino el liberalismo firme y consecuente.

Este país produce una profunda tristeza: no alcanza el umbral de calidad mínimo necesario para sobrevivir y progresar. Y ello puede que le convenga a los del “tanto peor, tanto mejor”, pero no a la salud pública del país. Pero la mayoría de los electores no gozan de salud democrática suficiente,  y de momento no son conscientes de ello.