CUANDO LLEGUE SEPTIEMBRE (I) 

 

Luis Bouza-Brey, 26-7-03 

 

Después de unos días de reclusión y estudio me estoy preparando para tomar las maletas y visitar  la “vieja Europa”, pero antes querría hacer un breve comentario sobre los problemas políticos que atraen prioritariamente mi atención: Irak, Palestina, PSOE, Euskadi y Cataluña.

Cada año que pasa se van incrementando las perspectivas de trabajo en esta página, de manera que los Septiembres parecen cada vez más temibles. Seguramente es por la confluencia de varios factores: que el ritmo histórico se acelera, tanto a nivel mundial como español; que el tener que escribir día a día, después de numerosas lecturas sobre la actualidad, amplía mis focos de interés o mi capacidad de atención, y que todo ello sobrecarga mi tiempo y reservas de energía de obligaciones morales cada vez más amplias, derivadas del deseo de ayudar al desarrollo humano. Si a ello se añade el peso de la lectura y escritura sobre las cervicales, de la edad sobre la capacidad de resistencia, y del café y el té sobre el hígado, todo ello hace aparecer los Septiembres como los temibles períodos de inmersión en tornados de diez meses de duración durante los que hay que mantenerse incólumes y despiertos hasta el siguiente remanso de julio.

Pero bueno, yendo al grano, voy a dibujar las impresiones más generales sobre mis centros de atención política.

 

1.- IRAK 

 

El proceso político de transición en Irak parece, en principio, bien encarrilado, con los objetivos bien definidos, pero con deficiencias de impulso y velocidad que están haciendo aparecer tendencias al descarrilamiento. El ritmo es lento, y eso debilita los apoyos e incrementa la capacidad de desestabilización de grupos baazistas o fundamentalistas. Si el Consejo de Seguridad no fuera una jaula de grillos, la ONU podría cumplir su función con más acierto y energía, pero todavía existen resistencias e intentos de desquite de los perdedores de la crisis de abril a nivel internacional. En Gran Bretaña, en Francia, en Alemania, en España, todavía hay sectores que racanean intentando no arrimar al hombro para ayudar a resolver la crisis de Irak. Allá ellos y su irresponsabilidad. Menos mal que en EEUU Clinton echa una mano, aunque algunos demócratas comienzan a hacer tonterías.

 

¿Cuáles parecen ser, así, desde la distancia, los objetivos a realizar en Irak? En primer término y como más urgentes, poner en marcha un nuevo Ejército, polícía, poder judicial y Administración Pública; restablecer los servicios públicos de suministro de bienes esenciales como el agua, la electricidad, el transporte y las comunicaciones; ir impulsando la emergencia de un liderazgo político nuevo que mantenga unido el país y apoyar la redacción de una Constitución adecuada para mantener integrado el pluralismo estructural de la sociedad iraquí dentro del marco de un proceso político democrático; desarrollar infraestructuras y empresas que permitan poner en marcha la economía del país y convocar, finalmente, elecciones democráticas, una vez  consolidado un pluralismo democrático viable y autocontrolado y aprobada la garantía del marco de una Constitución aceptada .

Los que tenemos experiencia en regímenes autoritarios sabemos que la adhesión al régimen es en muchos casos individuales obligada y formal, por lo que quizá convendría, con criterios prudentes y una vez puesto en marcha un poder judicial renovado, promulgar una amplia amnistía para aquellos que no hubieran incurrido en delitos graves, de sangre o corrupción.

 

La tarea es difícil y exigirá tiempo y recursos económicos y militares inmensos. Si los líderes mundiales estuvieran a la altura de sus responsabilidades estarían apoyando el proceso con todas sus fuerzas, y no desentendiéndose o exigiendo dar la dirección del proceso a un organismo como el Consejo de Seguridad, que no está capacitado para ello. Alemania debería asumir una postura de apoyo más firme… por ahí podría comenzar el cambio.

Lo que constituiría una buena prueba de sentido común y capacidad de liderazgo sería dejar de plantear estupideces sobre el nivel de certeza de la existencia de las armas de destrucción masiva, y dejar de acosar a Bush y Blair con este asunto, para centrarse en el problema real y apremiante de ayudar a los iraquíes a salir adelante.

 

2.- PALESTINA

 

Con el proceso de paz en Palestina sucede que hay que imponer la paz a los que no la quieren: los grupos islamistas radicales no quieren la paz sino acabar con Israel. ¿En qué consiste, sino, esa exigencia de pedir la liberación de todos los presos palestinos a cambio de unas pocas semanas de tregua? ¿son  estúpidos o se lo hacen? ¿o lo que sucede es que están jugando con la opinión pública, planteando exigencias inaceptables a fin de  tener un pretexto para romper la tregua? Por eso, parece un error confiar en estas organizaciones para llevar adelante el proceso: la ANP debe ser consciente de que cuando fracase esta etapa tendrá que enfrentarse a estos grupos, incluidos los mártires de Al Aqsa.

Por el otro lado, el problema es frenar a Sharon y el gobierno israelí, para evitar que se descontrolen las fuerzas militares o las respuestas a las provocaciones fundamentalistas, e ir impulsándolo hacia la realización de concesiones ---controles, asentamientos, liberación de algunos prisioneros--- que empujen el proceso de paz sin poner en peligro la seguridad.

En la tercera palanca del proceso, la ANP, como decía, hay que conseguir darle el liderazgo efectivo a Mazen, reducir la fuerza de Arafat y realizar una política de firmeza frente a los fundamentalistas.

Para poder dirigir este proceso sin descalabrarse es imprescindible un microcontrol muy ajustado, en el día a día, de las tres palancas. El liderazgo del proceso de paz es como el pilotaje de un helicóptero, donde hay que medir la altura, el movimiento, la velocidad y los múltiples controles de dirección y posición sobre los ejes.

A mi juicio, la fórmula del proceso podría ser: ¡detengan a los fundamentalistas!, ¡impulsen a Mazen! ¡controlen a Sharon!

 

3.- EL PSOE

 

En dos artículos recientes expuse mis opiniones acerca de la situación del PSOE y cuál habría de ser el camino a seguir en lo referente a estrategias, alianzas y políticas  (VER: “dotes…”  y “Z…”). La síntesis de todo ello podría resumirse en la idea de que el PSOE debe elaborar una alternativa y realizar políticas que le permitan ganar el centro desde la izquierda; establecer alianzas con el PP para defender y desarrollar el modelo autonómico-federal del Estado contra el terrorismo y contra el nacionalismo soberanista y, por otra parte, consolidar el liderazgo del partido y renovarlo para salir del atolladero.

Por supuesto que, en otros artículos de este mismo sitio web he criticado firmemente y de raíz la política internacional seguida recientemente por el PSOE, que debe modificarse en el sentido de una alianza más estrecha con el gobierno norteamericano y una política más activa en el Oriente Próximo y Norte de Africa.

 

Pero el PSOE sigue enredado, error tras error, sin ser capaz de salir del atolladero. La crisis de la FSM y la Asamblea de Madrid constituyen el último lance de este rosario de desaciertos del reciente “annus horribilis” en el PSOE.

No quisiera entrar a fondo en el tratamiento de este asunto, pues no existen datos suficientes todavía para desentrañarlo, aunque sí opino que es necesario que el PSOE salga de ese atasco rápidamente, para no estarse desangrando una vez más en incompetencias y capas de errores superpuestas que se autoalimentan.

Mis impresiones generales sobre el asunto son que hay mucha gente que miente y que el PSOE ha adoptado una táctica totalmente errónea desde el principio, descalificando a Tamayo y Sáez y montando una tramoya explicativa irreal, la de una trama intencional y organizada para derrotar a la izquierda en Madrid.

Veamos las mentiras, o medias verdades, o hechos oscuros:

 

1.-  ¿Por qué Tamayo llama a un constructor para que le alquile una habitación en un hotel desde el que montar la campaña de relaciones con la prensa con motivo de la crisis de Madrid? Si hay trama es una torpeza autoinculpadora que recuerda a Amedo y sus tarjetas de crédito; si no la hay, ¿cómo se puede ser tan torpe como para dar indicios de que la hay?

 

2.- Resulta que el humilde político honesto que es propietario de un pequeño piso en Madrid y cuyo hijo tiene una “PlayStation” averiada, también ---según la revista "Epoca"---  posee  chaléts de lujo en la Sierra o en los municipios de los alrededores de Madrid, además de defender la tramoya de la trama del PP sin pruebas; además de realizar pactos con IU inadmisibles; además de romper pactos con los propios parlamentarios del partido, lo  que llevó al desencadenamiento de la crisis; además de enredar a la Ejecutiva federal  ---que por otra parte, parece dejarse enredar con excesiva facilidad en multitud de errores continuados, y no sólo en este caso--- en patrañas o inexactitudes inaceptables.

 

 

En fin, un asunto de políticos liantes e ineptos que hacen daño a la democracia y al PSOE sin que su dirección parezca apercibirse de ello ni sea capaz de encontrar una salida a la situación.

 

El PSOE debería manifestar la misma energía ante Simancas y quien corresponda en la Ejecutiva federal que la que empleó contra Tamayo y Sáez, exigiéndoles responsabilidades políticas ---esta vez, de acuerdo con las normas procedimentales establecidas---; debería pedir disculpas a dichos parlamentarios por los errores cometidos y las injurias o calumnias proferidas y abrir el procedimiento reglamentario para exigirles responsabilidades, anulando la decisión de expulsión previamente adoptada; debería recomponer las listas electorales y la dirección de la FSM en vistas a las próximas elecciones. Y presentarse a ellas. No hay otra salida. Y no deberían buscarse salidas aberrantes como la de la devolución de las actas o reformas legales o constitucionales que adueñen a los partidos de los escaños.

 

Pero el asunto de fondo, que la democracia española no tiene resuelto, es el de la conexión de los partidos con los grupos de interés. Al PP le resulta más fácil que al PSOE resolver este problema: su solución consiste en fomentar el mercado y evitar la corrupción interna. Pero el PSOE lo tiene mucho más difícil: debe reconocer las redes de intereses como legítimas, cosa que en la tradición de izquierdas no está claramente aceptado, pero al mismo tiempo tiene que formular  políticas de vivienda y financiación municipal en las que no se puede abandonar el suelo ---un bien escaso y limitado por naturaleza--- a las fuerzas especulativas del mercado, ni dejar las relaciones de los militantes y cargos públicos socialistas con las tupidas redes de intereses locales al albur de presuntas purezas éticas progresistas demasiado fáciles de corromper en muchos casos.

 

En fin, un problema demasiado intrincado, con muchas ramificaciones, que exige más control interno en el PSOE, menos camarillas susceptibles de actuar al servicio de intereses privados, pero también unas políticas claras de suelo urbanizable, de financiación de las haciendas locales y de transparencia y objetividad en la administración pública del suelo y la vivienda.

 

Quisiera finalizar este arrtículo con una conclusión: el PSOE necesita un liderazgo firme y honesto, que sea capaz de poner orden en el partido y elaborar una alternativa al PP con políticas socioeconómicas, sociales, medioambientales y culturales distintas; debe ser capaz también de formular con claridad el modelo de Estado que defiende el partido en su conjunto, tanto en lo que se refiere a la política antiterrorista, como en lo referente a la culminación del modelo de Estado actual, como por lo que respecta a la alianza con el PP para impulsar esta culminación. Al nacionalismo periférico hay que presionarlo para que abandone su estrategia soberanista, y hasta que esto se consiga no es posible ningún tipo de alianza con él. Pero en Euskadi el peligro es tal, que la alianza con el PP a fin de construir una alternativa al nacionalismo vasco es imprescindible. Resultan demenciales los posicionamientos de estos días de diversos dirigentes del PSOE afirmando que no existe peligro real para la unidad de España y que el único peligro, a estos efectos,  es Aznar. Una afirmación de tal envergadura revela una deformación  total de la sensibilidad política por el sectarismo y el tacticismo.

 

¿Es Rodríguez Zapatero ese líder enérgico y honesto que el PSOE necesita para reenderezar el rumbo? Hasta finales de año parecía que sí. Su honestidad nadie la ha puesto en duda de momento, pero su energía y firmeza están en cuestión. Uno desearía que fuera capaz de dar el viraje que el PSOE y España necesitan. Le deseo suerte en el empeño.

 

Debo terminar ya: el tiempo se me agota y mi viaje a la “vieja Europa” me espera. Tendré que dejar para finales de Agosto los comentarios sobre Euskadi y Cataluña. Esta vez sí, hasta después de las vacaciones. Que descansen.